Oaxaca, que se pronuncia “Oajaca”, es la ciudad capital del estado que lleva el mismo nombre. Ubicada a 470 kilómetros de la ciudad de México, ofrece un excelente clima templado todo el año, gracias a una altitud de mil 500 metros sobre el nivel del mar. Pero más que sus motivos climáticos, son su cultura y la calidez de su gente los principales motivos para viajar y dejarse envolver por el universo oaxaqueño.
Rica en historia y cultura, Oaxaca es un fascinante destino donde confluyen civilizaciones milenarias, arquitectura colonial y tradiciones vivas. Fundada como ciudad novohispana en 1529, esta tierra ya conocía civilizaciones zapotecas e incluso asentamientos prehistóricos.
A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra la zona arqueológica de Monte Albán, que fue el sitio militar y religioso más importante del valle de Oaxaca. La ciudad tuvo su esplendor entre los años 500 A.C. y 800 D.C. El estado de conservación de la zona arqueológica es tan bueno que permite imaginar la actividad diaria en sus calles, las ceremonias en sus templos, o los juegos de pelota. Esa cumbre, desde donde los zapotecas dominaron el panorama ante cualquier invasión enemiga, hoy es el mejor lugar para tomar las mejores fotografías de la zona.
Monte Albán es la zona arqueológica más importante del estado, sin embargo hay otras que merecen tu visita, como Mitla, Yagul y Dainzú.
La capital del estado mantiene su esencia colonial. Una caminata te lanzará a imaginar la vida del virreinato. Su plaza principal (o Zócalo, como la llamamos en México), está flanqueada por la catedral y edificios que datan del siglo XVI, han sido exquisitamente restaurados y hoy son soberbios hoteles, restaurantes, galerías y museos.
Para conocer Oaxaca a fondo, no te limites a los lugares turísticos. Los mercados y las fiestas populares son el pulso real de cualquier sociedad y en Oaxaca esto es más que cierto. Ahí podrás encontrar chocolate artesanal, mole (una famosa salsa parte prehispánica, parte colonial), chapulines (saltamontes), que son una de las botanas más populares en esta zona del país, el queso típico de la zona (que se deshebra y funde), huaraches (sandalias indígenas) y especias locales.
Si hay alguna época propicia para visitar la ciudad es sin duda verano. La Guelaguetza, fiesta en que comunidades de las siete regiones del estado vienen a ofrecer no lo mejor, sino lo más excelso de sus danzas y costumbres. La fiesta ocurre los dos últimos lunes de cada julio. Otros importantes festejos son el Día de Muertos y la Noche de los Rábanos.
La comida regional merece un apartado especial. Las tlayudas (una enorme tortilla servida con frijoles, tasajo o carne de res y queso, entre otras delicias), el mole (salsa que mezcla recetas prehispánicas y coloniales) o los controvertidos chapulines, aderezados con sal, ajo o chile, son algunos de los retos gastronómicos oaxaqueños que encontrarás.
El complemento a la comida es una buena bebida espirituosa. El mezcal, primo del tequila, goza de gran aceptación dentro del país. En Oaxaca podrás visitar fábricas artesanales y conocer el proceso de destilación de la bebida, además de degustarlo y llevar a casa un poco del espíritu de esta tierra.
Pero si quieres llevar a casa algo más duradero, una excelente opción serán los multicolores textiles oaxaqueños, cuya belleza los ha hecho famosos en todo el mundo. Nada atrás se coloca el barro negro. Las piezas realizadas en este material conservan tradiciones que datan de siglos atrás. Todas ellas las encuentras en pequeños pueblos a corta distancia de la capital del estado.
En el estado de Oaxaca existen muchas costumbres y tradiciones durante todo el año, y dentro del estado, dichas que tienen en mismo fin de celebración pero con diferentes cosas, de hecho de una región a otra o más aun de un pueblo a otro, las costumbres varían por tal vez detalles pero eso es lo que los hace ser auténticos.
LA GUELAGUETZA: se trata de una ancestral tradición con raíces prehispánicas relacionada con las ceremonias agrícolas de agradecimiento a los dioses por la llegada de las lluvias y el levantamiento de las cosechas a fines de julio. Con el paso del tiempo se ha convertido en una alegre fiesta efectuada por los indígenas que, ataviados con sus trajes típicos, agradecen la ayuda que todos los miembros de las comunidades se prestan entre sí ante cualquier circunstancia de la vida.
LAS CALENDAS: la celebración de esta festividad, de profundo contenido popular, anuncia la llegada de la navidad. Está dedicada a los que serán padrinos del niño dios, responsables de llevarlos en procesión desde su casa hasta el templo del barrio, acompañados por mucha gente. En ocasiones los feligreses preparan un carro alegórico para realizar un desfile que concluye en la catedral poco antes de la media noche. El fin de la fiesta lo marca la colocación del niño dios en el pesebre del nacimiento que hay en cada templo y en las casa
LAS VELAS: celebrada en mayo en honor del santo patrono de Juchitán, san Vicente Ferrer, esta festividad es organizada por uno o varios mayordomos apoyados por capitanes.se hacen misas, fiesta en casa del mayordomo y un desfile en carros alegóricos para la “tirada de frutas”, en donde las mujeres arrojan frutas y regalos a los espectadores.
DÍA DE MUERTOS
El 1 y 2 de noviembre se celebra en Oaxaca el Día de Muerto, y es costumbre poner altares en las casas, dedicados a los muertos, y adornar con flores de cempasúchil las tumbas en los cementerio
8 DE DICIEMBRE, FIESTA DE LA VIRGEN DE JUQUILA
En la Sierra Sur con rumbo a la costa Oaxaqueña, pasando Sola de Vega y Juchatengo, entre el aroma de pinos y oyameles, el murmullo del agua de cascadas, ríos y un frío que hasta se disfruta; se encuentra el Santuario de la Virgen de Juquila, conocido así porque el nombre de la comunidad es Santa Catarina Juquila, “La capital de la fé Mariana”. Núcleo de habitantes perteneciente a la etnia de los Chatinos y de gran trascendencia nacional en el ámbito católico porque ahí se venera la milagrosa imagen de la virgen María en su advocación de la “Inmaculada Concepción”, una pequeña imagen que Fray Jordán de Santa Catalina evangelizador de estas tierras dejó como encargo muy especial a un indígena de la comunidad de Amialtepec al partir de ellas, pero con motivo de innumerables milagros que obró la virgen, posteriormente fue trasladada a Juquila, por esta causa miles de visitantes de manera personal o en interminables peregrinaciones concurren durante todo el año a este santuario solicitando muy reverentemente el tan esperado milagro y de manera especial el 8 de Diciembre que es el día en que se vuelcan las multitudes en las diversas celebraciones litúrgicas y folclóricas en una amalgama de colores, armonías y convivencias, pero sobre todo degustando la rica gastronomía regional.
12 DE DICIEMBRE.- FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE.
Regresemos a la Ciudad de Oaxaca el 12 de Diciembre para celebrar a la Patrona de los Mexicanos, a la Virgen de Guadalupe en el Paseo Juárez el llano. Un jardín al norte del centro histórico con hermosas fuentes hechas en cantera y frondosos árboles que cobijan juegos mecánicos y puestos de empanadas de amarillo, verde, champiñones con quesillo, memelitas, tlayudas y chocolate-atole.
Otro atractivo de esta celebración son las solemnes peregrinaciones que parten de diversas parroquias de la ciudad o las vistosas calendas con niños y niñas vestidos con trajes regionales de Oaxaca, de Juan Diego o de “inditos” como se les dice cariñosamente para tributar a nuestra Señora “La morenita del Tepeyac” llevando en sus manos sendas flores de Noche buena o rosas.
LAS POSADAS
Nueve jornadas del 16 al 24 de Diciembre de carácter católicas cristianas y festivas que en Oaxaca y en todas sus comunidades se celebran de manera muy particular recordándonos el peregrinar de María y José para llegar a Belén y ver nacer a Jesús.
Los Oaxaqueños celebramos de manera que el ingenio, la creatividad y la fe se mezclan para dar forma a una verdadera festividad popular en el que los personajes principales son los santos peregrinos en torno a los cuales se desarrollan trayectos en los barrios o comunidades cantando letanías acompañando a las imágenes de María y José, adornadas ramas, serpentinas, globos de colores, faroles con velitas prendidas, quienes al llegar al lugar que ofrece la posada y una vez cumplidas las acciones litúrgicas, se da pie a la convivencia con nuestros vecinos, parientes y amigos mediante el obsequio de dulces, frutas, el rompimiento de las piñatas, el baile popular y la oportunidad de degustar la extensa gastronomía como las tostadas, el ponche bebida tan mexicana mezcla de frutas de sabor inigualable.
24 DE DICIEMBRE, NOCHE DE CALENDAS
Las calendas son recorridos festivos muy arraigados en la sociedad oaxaqueña que anuncian la realización de las fiestas populares y las calendas de la noche del 24 de Diciembre son muy especiales porque con ellas se culminan la celebración de las tradicionales "posadas", que rememoran los esfuerzos de la Virgen María y de San José para encontrar alojamiento en Belén. Esta noche todos los templos y algunas parroquias de la ciudad preparan su carro alegórico en el que representan pasajes de la época navideña o del Santo Patrón del lugar del que procedan. Lo atractivo de este desfile resulta el ingenio de cada una de las decoraciones, el colorido y la iluminación de los carros alegóricos.